El librero Atiza, que era Libra, cavilando sobre cómo convertir su signo en Libro –por ser sin duda el signo que le regía–, dio en alterar discretamente el orden del zodiaco. Así que, intercambiándolo con Virgo, colocó Libra inmediatamente después de Leo. “Leo Libro”, dijo en lugar de «Leo Virgo», Y hallando que quedaba muy oportuno el giro celeste, sin tardanza notificó el hallazgo a todas las sociedades astrológicas de prestigio de las que tenía noticia.
Pero olvidó que toda acción tiene su efecto mariposa.
Horas más tarde, mientras celebraba en la taberna con unas jarras frescas de vino el aparente ajuste acaecido en su vida, no pudo escuchar los terribles gritos zodiacales cuando el Escorpión, separado al fin del signo Libra que protegía y Libraba de todo mal al resto de signos, envenenaba TODO a golpe de su cola asesina.
Pero hubo más. Roto el equlibrio zodiacal por aquel incauto, todos los signos campaban por sus respetos, desde el primero al último. Aries, una hermosa cabra, se había comido tres libros de poemas entelados. Tauro se dedicaba a destrozar los cuatro tomos del Cossio cuidadosamente conservados.
Y…donde quedaba entonces el cangrejo?, el el supuesto de una aleatoria nueva disposición de los signos zodiacales, el era el mas débil y «per se» tendía a la cola….pues bien, pasito a pasito hacia atrás y animado por el veneno del escorpión (que lejos de envenenarle le animaba a alejarse del resto) llegó a un final muyyyy lejano, allí pudo despojarse gracias a su contrapaso y a los dulces efectos liberadores, de todos sus apellidos, pronto su alma de perro(can) salió por patas y solo quedó un afán cervecero que redundando su segundo apellido le llevó a la vida solitaria libertina y disipada que siempre había deseado….
Hasta que ha llegado sagitario y, viendo tal desagisado, se ha quedado completamente helado. Para el 2011 se ha pedido el mes de agosto, y ese año libra que libre.