A veces, ¡ay Señor, Señor!, el librero Atiza se daba cuenta de que en la librería faltaba un libro. Cuando algo así ocurría, primero con los ojos lo llamaba una y otra vez, lo convocaba para que diera el lomo o la cara si por un acaso se había descolocado, si por desconcierto había ido a parar a una sección impropia; pero una vez que Atiza se convencía –y le costaba hacerlo- de que el volumen había sido hurtado, se consolaba pensando que el libro había sido presa no de un ratero, sino de un birlo (pues al fin y al cabo de libro a birlo no hay más que un traspiés de letras), con lo que profesionalmente podía cerrar el caso o el tropo calificándolo de “bibliofilia destemplada”.
Feliz año a los libreros de Urueña, también a los demás que hacéis posible ese milagro de villa. Un abrazo a todos, a todas, desde Madrid.
Aurora
Feliz 2011 para todos y gracias por los cuentos y por mantener ese sitio tan maravilloso. Miluca
Les dejo una entrada y enlace de su página en mi blog.
Aquí lo pueden ver:
http://sebasnavarrete.blogspot.com/2011/01/la-taberna-del-librero.html
Enhorabuena por su bonita iniciativa.
Muchas gracias! Son unas fotos preciosas, ¿te importa si las cuelgo en el facebook (con tu firma, por supuesto)?
Sin problemas, a vuestra disposición.
Abrazos.