Este adolescente, de natural inquieto y bullanguero, sintió un acceso de rebeldía al leer que «los niños están con los padres sólo poco tiempo después de la cena, retirándose a acostar temprano por higiene y por respeto a sus progenitores». Viendo que ya era hora de cenar, marcó con un fogoso doblez la última página que había leído y, armando jaleo, anunció su habitual incorporación al ágape familiar, del que efectivamente se retiró temprano. Pero no por higiene ni por respeto, sino por haberle tirado un macarrón -con restos de tomate- a su hermana. No volvió a abrir nunca más el tratado.
Gran doblez en «Tratado moderno de cortesía y etiqueta social»
03/09/2011 por Tabernero
Ni tanto ni tan calvo, pero si un poquito de educación.
Ultimamente brilla por su ausencia.
Rosa M.
Me encantan estos manuales antiguos, como los de cortejo o trato de damas a caballeros y de caballeros a damas, o de organización del hogar… Un abrazo, libreros.