Esta lectora, cínica por naturaleza, no pudo evitar una estruendosa carcajada al comprobar cómo el cura de Corullón había pagado, a tocateja, la modesta cantidad de 314 pesetas «por corregir los Diez Mandamientos». Hubiese seguido subrayando de no haberse dado cuenta, a tiempo, de que en realidad todo el texto destilaba la misma impía retranca. En vez de eso, lo escaneó y lo difundió por facebook, aunque, para su sorpresa, fueron muy pocos los que lo comentaron y menos aún los que compartieron.
Subrayados y signos de admiración en «El bienaventurado» de Peicovich
12/01/2011 por Tabernero
¡Qué bueno!
Por supuesto, me quedo con «Por corregir los Diez Mandamientos», pero también con «Por reemplumar y dorar el ala derecha del Ángel de la Guardia».
¡Son geniales!
Abrazos desde Velliza.
Gracias por la carcajada que me ha provocado el post, pero yo me quedo con el «avivar las llamas del Purgatorio y restaurar almas».
Un saludo
Casualidad que fuera este el libro emisariado por los Reyes para que Isabel lo trajera a mis manos!
Son cosas que pasan cuando se invitan poetas a una librería…