Los Navegantes del Palomar desde Urueña, La Villa del Libro
Birliqui birloque, por arte de encantamiento pragmático, este primer mes del 14, aunque el año sólo tiene 12, esta columna que se llama Con alas de libro se convertirá en… Con halas de libro. Vamos; usemos la varita mágica admirable, moviéndola punto arriba punto abajo y, abracadabra, ya está: Con ¡halas! de libro.
Todo este voluminoso jaleo viene a cuento de que , intratables, los libros que no caben en nuestra librería, ni en el almacén, ni en la nave, se nos han venido a casa porque sí, y aquí campan a sus anchas y nos las hacen pasar estrechas: ¡hala libros! ¡hala libros!…
Muy distintos a los de cabecera, que después de susurrarnos se quedan discretamente en la mesilla de noche al apagar la luz porque viene el sueño, hay unos verdaderamente molestos, que son los libros de asientos. No te dejan sitio ni sosiego. Te ocupan todas las sillas -las más cómodas y las tiesas-, los sillones, los sofás, las banquetas, los bancos… Los libros de asientos sirven a los contables para anotar o escribir lo que importa tener presente. El libro de asientos es un libro diario donde se registran los movimientos de la empresa…, de la librería, claro; y cuando acaba el año ha de estar cuadrado, rectángulo, o sea, totalmente libro…
¿Pero de qué libros estamos hablando ahora? ¿Dónde hemos ido a encallar? ¡Qué manera de ir a la deriva, caramba!… Comienza el año… ¿halas?… ¿tendremos ánimo? La varita mágica admirable, moviéndola punto arriba de dudas punto abajo, se ha retorcido… ¿Resistiremos?… ¡a las claras que sí!
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