Una taberna no es nada sin parroquianos que la animen, que le den vida y que hagan sus aportaciones. La taberna del librero es un proyecto abierto en el que cualquiera puede participar. ¿Te animas? Mándanos tu opinión, tu Tabernero Invisible, tu Lectura TaVernácula y, con mucho gusto, la publicaremos en el blog.
Cuando he estado una temporada sin placer y sin dolor y he respirado la tibia e insípida soportabilidad de los llamados días buenos, entonces se llena mi alma infantil de un sentimiento tan
doloroso y de miseria, que al dormecino dios de la semisatisfacción le tiraría a la cara satisfecha la mohosa lira de la gratitud, y más me gusta sentir dentro de mí arder un dolor verdadero y endemoniado que esta confortable temperatura de estufa. Entonces se inflama en mi interior un fiero afán de sensaciones, de impresiones fuertes, una rabia de esta vida degradada, superficial, esterilizada y sujeta a normas, un deseo frenético de hacer polvo alguna cosa, por ejemplo, unos grandes almacenes o una catedral, o a mí mismo, de cometer temerarias idioteces, de arrancar la peluca a un par de ídolos generalmente respetados, de equipar a un par de muchachos rebeldes con el soñado billete para Hamburgo, de seducir a una jovencita o retorcer el pescuezo a varios
representantes del orden social burgués. Porque esto es lo que yo más odiaba, detestaba y maldecía principalmente en mi fuero interno: esta autosatisfacción, esta salud y comodidad, este cuidado optimismo del burgués, esta bien alimentada y próspera disciplina de todo lo mediocre, normal y corriente.
Para muestra un botón. Merecería una lectura tabernácula completa…el tiempo va empujando, haciendo hueco para trabajar mas, cuidar mas a los niños y tomarse al menos una cerveza mas…y claro todo mas apresuradamente…..pero en ese hueco vacío que dejaron los navegantes un dia demedia semana, cabía justo en tamaño pulgatristeza las palabrasc del hombre-lobo.
y ¿qué decir de los días que no lo son porque no son vividos sino solo transitados? o ¿cómo volver a componer esa melodía que adormece los sentidos y, cuando acaba, te despierta, frénetica, en el trajín de tu propio ruido que creías generado por otro? Quizá esas palabras -aire acompasado de deseo- del hombrelobo no sean del tamaño pulgatristeza, sino sean de extraodinaria talla kingsize que, si se las dejara, y se las cuidara con el cariño de unas branquias que nunca olvidan aunque el batracio se empeñe en pensar que sí, acompañarían y abrigarían tanta desolación no buscada, tanto amor aún por usar, tanta luz caliente como un besodecaféconlechealamanecerdespués deuna nochedequerersinfin…
ESOS DÍA SUBLIMES…
«Contemplo rodeado de montañas, como el exterior va conectado al alma por un extraño vínculo umbilicoide que es capáz de atravesar el metal de mi Chrisler viejo y duro. Sublimando lo visto, en la orilla derecha de la carretera se van entreverando los bellos blancos almendros floridos con metalizadas y mugrientas chabolas que se oxídan con la cercanía del embalse que años ha ocupo su lugar. la visión me hace preguntarme el por que de la agitación mental de este paisaje…un daimonion interno contesta asomando los dientes con todas sus imperfecciones desde la negrura mas sórdida de mis entrañas. Nos reimos juntos..hoy la música de las esferas suena dionisiaca, a nuevo,…distinto…hoy es uno de esos días especiales»
Solo teniendo un vientremontaña se puede ser refugio al tiempo que abismo o precipicio y recrear, ahí, la música no dionisiaca sino pitagórica… porque sólo los mecanismos númericos, líquidos y viscerales que engrasan y lubrican el interior de ese cuerpo son capaces de interpretar la melodía sublime que atrapa la radical voluntad de soledad de aquel que estará solo… y le deja ahíto, contrito de voluptuosa felicidad, harto de tener aún y por siempre hambre de ese vientre cordillera. Hoy -como ayer, como mañana o al otro o al otro… (si esa orografía se me concede benévola, amiga y escondrijo) hoy, proclamo, es uno de esos días especiales…
He encontrado un bonito pedazo de Unica Zurn…..
«Ayer el maestro sastre le dijo que se quedara a trabajar hasta más tarde –le recordaron los maniquíes.
Ella asintió.
-Sí. Tenía que coser la cola del vestido azul de madame Soré.
-Ya se habían ido todos –prosiguió el maniquí más grande-. Usted estaba sola, cosiendo. Cantaba una canción para distraerse. Entonces el oficial volvió.
-Fue uno de los más viles atropellos que hemos presenciado –terció en la conversación otro maniquí-. Se le acercó por detrás, la agarró por los brazos, la lanzó en ese sofá y…
-¿Y…? –preguntó la señorita Milli.
-¡Usted se defendió! Lo arañó bien. Y me parece que hasta le mordió en una oreja. Usted peleó, señorita Milli, peleó como una heroína, pero…
-¿Pero? –jadeó la señorita Milli.
-Él es muy fuerte, ¿comprende?, no había esperanza, nosotros nos volvimos hacia la pared, temblando de vergüenza, por no poder hacer nada.
-Pero mis brazos… –sollozó la señorita Milli con súbita desesperación-. ¿Qué ha sido de mis brazos?
-Él no consiguió nada, señorita Milli –dijo el maniquí grande con suavidad-. Usted conservó la cabeza, él luchaba y al fin dijo…
-¿Qué dijo? ¿Qué dijo, por Dios?
-Dijo –prosiguió el maniquí con voz dolorida-, dijo: <>. Y nos señalaba a nosotros. <>
La señorita Milli se volvió lentamente.
-Sin… cara –susurró.
El maniquí grande, turbado, frotó el suelo con su pata de madera.
-Sí –murmuró-. Él…
-¿Qué? ¡Habla, por lo que más quieras!
Del cuerpo de los maniquíes salía un llanto suave que partía el corazón.
-Nos da usted mucha pena –decían entre suspiros.
-Le ha borrado la cara –murmuró el maniquí masculino-. Ya no tiene cara.
Lentamente, la señorita Milli se apartó de la ventana y fue hacia los maniquíes. La piel sonrosada de la mujer hacía un bello contraste con aquellos cuerpos negros. Al fin dijo:
-¿Entonces soy una de vosotros?
-Es un gran honor –dijo el maniquí masculino y, con movimientos rígidos, trató de hacer una reverencia.
-Siempre será la más hermosa. Aún tiene su pelo, su pelo suave de mujer. Y el contorno de su cara es bello y armonioso. Ah señorita Milli, es usted el maniquí más bonito que hemos visto en nuestra vida.
Las mejillas de la señorita Milli se ahuecaron en una sonrisa.
-Me quedaré entre vosotros.-¡Oh, qué alegría, señorita Milli! –exclamaron los maniquíes-. Haremos todo lo que podamos para que sea feliz.»
LAS ZARIGUELLAS LEEN EN VERANO
Aquellos que sepan que zariguellas y mariquitas alzan alas y patas rodendo el rincon escrito recomiendenles unas lecturas de estío. Ellas de momento han escogido:
-El Monje. Matthew G. Lewis
-Inés y la Alegría. Almudena Grandes
-La Tia Mame.P. Dennis
y recomiendan leer un librito que les gusto hace años, ellas, muy dadas a la ciencia ficción (pues ya veis que extraña vida la de las zariguellas) dicen que Bradbury tuvo un hijo poco reconocido pero brillante, era Douglas Spaulding y el no lo contaba todo, el corría mucho y sentía la hierba bajo sus pies…el tiene la secretísima receta con diente de león de tinto de verano…..o era «VINO DEL ESTÍO»?
Saludos afectuosos desde Valencia a Rafael y demás taberneros, jeje. Os invito a ver esta entrevista en TV Albacete, sobre «Su último viaje».
Feliz fin de semana!
Se fijó con detenimiento en el lomo iluminado de los libros al tiempo que se le abrieron los ojos a las nalgas deleitosas de las hembras, y, desde entonces, no ha parado en su empeño de hojear, exfoliar, foliar o follar que de todas formas se pronuncian las actividades paralelas y convergentes que ocupan los días taberneros de «ozúmiarma», así apodado por su fea costumbre de saludar efusivamente a libros, damas y tambiéna alguna parte de su anatomía inefable
Que yo quería poner un tema de un tabernero y no hacer un comentario aquí. Que lo sepáis.
me gusta comprobar que existen buenas personas, me reconforta y me llena de esperanza… buenas personas, como tú…
Hola,
Puede que a alguien le interese participar en este certamen de microrrelatos. Aquí podéis ver las bases: http://www.ventadepisos.com/concursos/microrrelatos.html.
¿Nos ayudáis a difundir?